Los grupos indígenas sostienen que la carne de ballena representa su supervivencia cultural.Las ballenas fueron cazadas en aguas europeas durante la Edad Media por su carne y aceite.Las partes sumergidas en agua, como las colas de ballena o castor, se consideraban "embutidos".[6] Por lo tanto, los balleneros europeos (los vascos, especialmente, eran conocidos por su experiencia) tuvieron que dirigirse al Nuevo Mundo para capturar ballenas.[3][9] Esta grasa, conocida como craspois o manteca de carême[10] era alimento para los estratos más pobres del continente.La industria ballenera en América del Norte puede haber suministrado grasa extraída, en parte para el consumo en Europa.[12] En los Estados Unidos durante la colonia también se consumía más comúnmente la carne y otras porciones del "pez negro" (o ballena piloto).[13] La ballena minke es una de las especies más comunes que todavía se caza en cantidades sustanciales.Por su parte las ballenas barbadas están en peligro, aunque son capturadas en gran número por pueblos indígenas que tradicionalmente las cazan, y más recientemente, las naciones balleneras han reanudado la caza de ballenas barbadas más grandes abiertamente.En lugares como Noruega, Islandia y Alaska, la carne de ballena se puede servir sin condimentos.Sin embargo, en 2010, los turistas también han comenzado a consumir carne de ballena.[15] En el pasado, cuando todas las naciones aún realizaban la caza de ballenas azules, su aleta caudal se servía en Japón.[23] Las otras porciones están etiquetadas como magras o "carne roja" (赤肉, akaniku) y tienen precios mucho más bajos que la cola.La piel frita después de la grasa se llama koro,[16] y es análogo a "buñuelo/crujido".El artículo japonés bajo 鯨肉 proporciona una lista más extensa, que incluye los intestinos, los órganos sexuales y otros despojos.[29] Tikiġaġmiut, Iñupiat que vive en la costa de Alaska, dividió su captura en 10 secciones.Tanto la carne como la grasa se almacenan y preparan de diversas formas, incluido Tvøst og spik.En 2008, el director médico de las Islas Feroe, Høgni Debes Joensen, y Pál Weihe, del Departamento de Salud Pública y Ocupacional, recomendaron que las ballenas piloto ya no se consideren aptas para el consumo humano debido a la presencia de derivados del DDT, PCB y mercurio en la carne.Los niveles detectados en riñones y pulmones fueron aproximadamente 100 veces más altos que el límite.[40] Sin embargo, el efecto se debe al nivel trófico del animal más que a su tamaño.