La iglesia católica se ha visto obligada con el correr del tiempo a participar de los festejos "paganos".
Los dos jueves anteriores al carnaval los compadres se reúnen para celebrar el reencuentro, y al jueves siguiente llega el turno de las comadres, quienes se entretienen en divertidas copleadas relatando lo que les ocurrió a lo largo del año.
Se prueban entonces platos típicos como empanadas, corderos, queso de cabra y bebiendo, entre otras cosas, chicha y entre lamentos se reza para que haya nuevamente diversión al año siguiente.
En las festividades, se utilizan instrumentos que facultan la fertilidad de la tierra y del ganado.
No hacerlo en el tiempo justo implicaría una transgresión y un desorden en la organización del mundo bajo la cosmovisión andina.
La música folklórica que agrupa zambas, chacareras y gatos, es un ejemplo de la actividad gauchesca.
Por otro lado, la música boliviana se hace evidente en las sayas caporales, tinkus, las bandas de metales callejeras que interpretan repertorios de música andina y acompañan a las comparsas durante el Carnaval.
En esta época, también se puede escuchar una variedad en los géneros musicales procedentes de las fusiones realizadas por las bandas locales.