[1] Se tratan de verdaderos monumentos indígenas de valor sagrado, los que se construyeron en diferentes puntos a orillas del camino del inca.
[2][3] Como vieja costumbre de dejar piedras, las convertía con el paso del tiempo en marcas, a manera de hitos, que demarcaban estos caminos.
A diferencia de un túmulo, la apacheta no se erigía como cámara funeraria ni para cubrir sepulturas o como lápida.
La gran mayoría de ellas aparecen en solitario y aisladas, y se cree que quitar las piedras de la apacheta es profanación, equivalente al sacrilegio, por cuanto son sagradas para tal rito.
Si bien, no todos coinciden en su significado como ofrenda y/o lugares de pedidos a la Pachamama, algunos autores creen que las apachetas nacieron debido a la preocupación de los pueblos andinos por el orden: por dividir, medir distancias, marcar y separar sectores o territorios aunque otros detallan que su origen no fue otra cosa que un montón de materiales acarreados para edificar usnos o puestos de vigía en los puntos estratégicos de los caminos incaicos.