[14][15] Tras la colonia la práctica fue mal vista,[16] pero pervivió por ser sostén de los indígenas que realizaban duros trabajos como la minería y mita en el Cerro Rico de Potosí, Bolivia.[19] El consumo de coca en sus formas tradicionales, acullico e infusiones medicinales, ha sido defendido como práctica cultural legítima desde varios gobiernos que han presidido el país como el de Jaime Paz Zamora.[27] En octubre de 2012 el expresidente boliviano Evo Morales le pidió al actor y activista Sean Penn que defienda el acullico en los foros internacionales.[2][28] Bolivia firmó su adhesión a la Convención Única sobre Estupefacientes 1961 con la reserva ya descrita, de manera que los modos de consumo tradicionales no son considerados observables.La revalorización, producción, comercialización e industrialización se regirá mediante la ley.El norte de Argentina mantiene la tradición del coqueo a pesar de algunos prejuicios que existen sobre ello,[29][30] en el sector, esta práctica es señal identitaria y una práctica social muy extendida.