[1] La celebraciones que se realizan en todo el país incluyen actos formales del jefe de Estado en la ciudad La Paz y otras actividades organizadas por diversos actores públicos (como el Viceministerio de la Coca y Desarrollo Integral), privados y de la sociedad civil que buscan reivindicar el uso tradicional de la hoja de coca.
[2][3][4] A inicios de 2011 Bolivia presentó una propuesta a las Naciones Unidas para modificar la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961 –enmendada por el protocolo de 1972–con el objetivo de suprimir la obligación del artículo 49, en la que se prohíbe el acullico.
En un comunicado dirigido al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, el gobierno del presidente Evo Morales aclaró que Bolivia volvería a adherirse a la Convención con una reserva respecto de la hoja de coca y sus usos tradicionales milenarios.
Después de doce meses, solo 15 países se manifestaron en contra de la reincorporación de Bolivia a la Convención: Estados Unidos, Rusia, Canadá, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Holanda, Suecia, Finlandia, Portugal, Israel, Irlanda, México y Japón.
[6] Según el procedimiento, para impedir el reingreso de Bolivia se requería que la tercera parte de los 183 Estados miembros de la Convención, es decir 62, objetaran la misma.