[1] Por eso, desde joven Carmen se aficionó a la lectura, tomando libros de la inmensa biblioteca familiar.
[3] Apasionada de la cultura alemana, se especializó en filología germánica, publicando sus primeros artículos sobre Karl Vossler y Rainer María Rilke, en 1945.
Interesada por los géneros autobiográficos, compuso interesantes biografías sobre Bettina Brentano, Juan Valera, Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán y Gertrudis Gómez de Avellaneda; estudió numerosos epistolarios de esos y otros autores.
Como traductora se le deben excelentes versiones de autores alemanes como Goethe, Heine, Heinrich von Kleist y Hölderlin.
[4] Su esposo era un perito agrónomo y con él tuvo cuatro hijos antes de quedarse viuda.
Gracias a su iniciativa, se fundaron en cada país de Iberoamérica las respectivas secciones del IBBY (International Board on Books for Young People) para divulgar los libros infantiles de alta calidad y estimular la literatura para niños a través de cursos, seminarios, talleres, premios y revistas especializadas.
Más de 5000 volúmenes que pertenecieron a Carmen Bravo-Villasante se encuentran hoy disponibles para estudio y consulta en dicha biblioteca, como referencia para los estudios de Literatura Infantil, tanto española como internacional.