Es muy parecido a Quercus robur, que recibe muchas veces el mismo nombre, aunque suele ser menos robusto que este, alcanza más altura en bosque denso creciendo más recto.
Está clasificada en la sección Quercus, que son los robles blancos de Europa, Asia y América del Norte.
Las hojas son caducas, alternas, simples, con el margen hendido en lóbulos redondeados y de contorno más o menos aovado, tienen en cambio un peciolo más desarrollado, de hasta 2,5 cm, se estrechan en cuña o acaban en forma redondeada en la base, sin aurículas y conservan algunos pelos en su cara inferior, especialmente en la axila o encuentro de los nervios.
Alcanza hasta los 1800 m de altitud, desarrollándose en suelos tanto calizos como silíceos.
Puede entrar en contacto con el haya, abedul, pino albar y otros robles, con los que forma fácilmente híbridos.
Con frecuencia aparecen ejemplares con caracteres referibles a la, aparentemente relicta, subespecie huguetiana (=Quercus mas).
En los Pirineos orientales franceses, muy mediterráneos, son escasos los robledales albares, lo cual contrasta con su relativamente importante presencia en la vertiente meridional, donde existe un espacio transicional mediterráneo-atlántico o submediterráneo muy húmedo que le resulta especialmente favorable Finalmente merece la pena hacer referencia a la presencia del roble albar en la serranía de Cuenca (Sierra de Valdemeca), donde alcanza su límite meridional absoluto en la península ibérica.