Además de su importancia para los católicos, es conocida por su riqueza artística, exponente del barroco romano.
el cardenal Savelli quiso destinar la capilla para su enterramiento,[1] y encargó su diseño a Giacomo della Porta.
El trabajo estaría completado, al menos de forma provisional, a la muerte del cardenal Savelli en 1587.
[2] En este período se presentaron proyectos para trasladar los restos del santo a la capilla mayor de la iglesia, entonces patronato de la familia Farnesio, aunque finalmente no se llevarían a cabo.
El máquina barroca de la capilla, ideada por Pozzo, se pone en funcionamiento todos los días a las 17:30.
El resto del altar está realizado en ricos mármoles también con relieves y aplicaciones de bronce dorado.
En el hueco central del retablo se dispone un gran lienzo al óleo que muestra a San Ignacio recibiendo de Cristo su bandera.
[3]En las sobrepuertas que llevan a las capillas contiguas se disponen dos parejas de ángeles sujetando el monograma IHS.