Las unidades desplegadas en el frente de Macedonia sufrieron los dos últimos años una guerra agotadora.
[2] Los efectivos desplegados en Macedonia poco antes del inicio de la campaña rondaban los veintiséis batallones, algunos desmotivados, y ciento veinte cañones; estas fuerzas estaban mal armadas.
[3] Aunque los austrohúngaros y alemanes se apresuraron a enviar unidades de otros frentes para detener el avance franco-serbio hacia el Danubio cuando estos abrieron brecha en el frente macedonio, no lo lograron.
[4] Para efectuar una ofensiva de ruptura destinada a recuperar Serbia, los Aliados concentraron una fuerza impresionante, formada por setenta y cinco batallones franceses y serbios, apoyados por quinientos ochenta cañones de todos los calibres.
[3] Los batallones serbios, encuadrados en dos ejércitos, contaban con ciento cuarenta mil soldados, animados por la posibilidad de liberar su país.
Los búlgaros consiguieron repeler el ataque, pero sus tropas quedaron envueltas en la lid y no pudieron retirarse al valle del Vardar.
[16] Tras la rendición de Bulgaria, los estrategas alemanes y austrohúngaros tuvieron que reaccionar rápidamente para afrontar la crisis.
[17] De acuerdo con el mando austrohúngaro, estas divisiones debían formar una línea defensiva para bloquear en Niš el avance del enemigo;[18] el grupo, formado por tropas selectas austro-alemanas, gozaba de adecuados suministros traídos por trenes venidos desde Alemania.
[nota 2] Para los estrategas alemanes y austrohúngaros, las veloces maniobras de los franco-serbios resultaban incomprensibles; según ellos, en especial August von Mackensen, era impensable que hubiese unidades que operasen aisladas de sus líneas.
Una vez roto el frente, las unidades aliadas marcharían hacia el norte y atravesarían Serbia.
Pristina fue liberada el 10 de octubre por la 11.ª División colonial francesa, y Peć lo fue el 17 del mes.
En consecuencia, el jefe del Estado Mayor austrohúngaro, Arthur Arz von Straussenburg, planeó replegarse a las fronteras de 1914,[11] pero este plan quedó pronto estorbado por las victorias aliadas.
[20] El 2 de noviembre, las unidades francesas y serbias penetraron en el Banato húngaro, sin encontrar un ejército organizado que se opusiera a su avance.
[nota 3] En Albania, el XIX Cuerpo austrohúngaro, al mando de Karl von Pflanzer-Baltin, no tuvo más remedio que retirarse hacia el norte para evitar ser rodeado por el avance franco-serbio en su flanco izquierdo.
Conquistó Berat el 1 de octubre, Dirraquio el 16, y finalmente Escutari el 30 del mes.
Con las primeras victorias aliadas quedaron amenazadas las comunicaciones entre Alemania y Austria-Hungría, por un lado, y el Imperio otomano, por el otro; parecía que los Aliados podrían cortarlas por Niš, lo que podía precipitar la rendición otomana.
[36] Las consecutivas victorias de los Aliados sobre Austria-Hungría en el frente italiano y en Serbia determinaron que esta solicitase las condiciones para un armisticio.