El nombramiento de los tres siguientes califas (Rafael Guerra "Guerrita", Rafael González Madrid "Machaquito" y Manuel Rodríguez "Manolete") fue surgiendo -a título póstumo- mediante el consenso generalizado de las asociaciones y aficionados cordobeses.Lagartijo marcó una línea diferente al toreo de su tiempo, cuando la lidia era ruda y primigenia.Durante los siguientes doce años, compartió hegemonía en el mundo del toreo con el propio Lagartijo y con Frascuelo, hasta que sin previo aviso, se retiró el 15 de octubre de 1899 en Zaragoza.Su prestigio se amplió fuera de las plazas, siendo considerado el monarca absoluto sin rival alguno del toreo de su tiempoː insuperable en banderillas, poderoso con la muleta y certero con la espada.Último representante del toreo más primigenio, fue considerado como un torero centrado, valiente y gran estoqueador, pese a enfrentarse a los toros más grandes y rudos de la historia del toreo.La contundencia de su espada y la gesta acaecida en Hinojosa del Duque donde, tras el desplome del tendido, dio muerte certeramente al toro evitando una desgracia mayor, hicieron que se le reconociese con el apelativo de Califa.Durante los ocho años que estuvo en activo como matador hasta la fatídica corrida de 1947 que le costó la vida, toreó más de quinientas corridas y se convirtió en la principal figura del toreo español, encabezando el escalafón en 1943 y 1944; y tras su exitosa gira americana en 1946 se convirtió en el torero más famoso del mundo en su época.Se caracterizó por llevar a cabo un estilo poco ortodoxo, pero mostrando unas muñecas portentosas.