[1][2] Abierto en el inicio del otoño madrileño de 1880, el Universal era propiedad del asturiano Juan Fernández Quevedo, que al morir en enero de 1882, pasó a su hijo Juan Fernández Benavente, concejal de Madrid, y que en 1890 abrió otro local en la calle Jacometrezo, el Café de Benavente (por el apellido materno).
[3] El Universal llamaba la atención por sus espejos enfrentados que conseguían un efecto óptico sorprendente para la época.
[4] La decoración con pinturas firmadas por Piccoli, Amerigo, Bonardo y Bussato, mezclaba imitaciones de estéticas italianizantes.
[7] En ese periodo de entresiglos, otros habituales del Universal fueron el crítico Urbano González Serrano o el torero Vicente Pastor (‘el chico de la blusa’).
[9][10] {{#coordinates:}}: no puede tener más de una etiqueta principal por página