Café de tertulia

Un café de tertulia o simplemente un café es un establecimiento público con unas características especiales que desde sus inicios lo distinguieron de otros establecimientos relacionados (alojerías o botillerías, etc.), como espacio donde, además de tomar café, se hace vida social que atañe preferentemente a la cultura.

Poco a poco fue introduciéndose la moda de tomar y degustar un café, sin prisa, acompañado de conversación y surgieron estos locales llamados cafés sustituyendo a las botillerías que fueron desapareciendo lentamente.

Tanto las fondas como estos cafés aparecieron en el reinado de Carlos IV y empezaron a proliferar a partir de la invasión francesa; se mantuvieron en activo durante todo el siglo XIX y casi todo el siglo XX.

[3]​ El café[a]​ llegó a ser un lugar agradable de reunión, el lugar donde se trasladaron las tertulias tradicionales y particulares que consistían en el puro placer de la conversación; incluso la decoración cambió en contraste con las botillerías.

[4]​ Hacia 1820 había ya en Madrid unos cuantos cafés muy populares y especialmente apreciados por su clientela: Lorencini, San Sebastián, La Cruz de Malta, La Fontana de Oro, Venecia y el del Príncipe.

A ellos acudían personajes del mundo de las artes, las letras y la política.

Jugadores de ajedrez en el café de Levante ; boceto del cuadro pintado hacia 1839 por Alenza para decorar el frontis de la puerta del Café de Levante.