Fue empleado como cañón antitanque sobre su propio afuste, así como equipando a varios tanques británicos.
En el papel antitanque fue reemplazado por el cañón sin retroceso BAT 120 mm después de la guerra.
Los británicos tenían ya los planos para un nuevo tanque - basado en el Cromwell, en desarrollo en aquel entonces - armado con el QF de 17 libras.
Esta versión del tanque fue apresuradamente puesta en servicio, justo a tiempo para el Día D conocida como el Sherman Firefly.
Curiosamente los estadounidenses hicieron lo mismo, adaptando el M10 para llevar un cañón de 90 mm llamado M36 Jackson.
Parece que algunas unidades estadounidenses en Italia estuvieron equipadas con Sherman Firefly.
[3] Los británicos empezaron a desarrollar un cañón que fuese lo suficientemente pequeño para instalarse en sus tanques - en particular el tanque de crucero Cromwell, que estaba siendo diseñado en aquel entonces - y que dispare los proyectiles estadounidenses de 75 mm (antiblindaje y de alto poder explosivo), pero a mayor velocidad.
Los proyectiles subcalibre APDS podían penetrar 240 mm de blindaje a 500 m y 185 mm a 1.000 m, en un ángulo de 30°,[6][7][8] en teoría permitiéndole penetrar hasta el blindaje del tanque pesado alemán King Tiger.
Debido a la vaina con mayor carga propulsora, las paredes del proyectil debían ser más gruesas para resistir las tensiones del disparo, dejando menos espacio para la carga explosiva.
La onda de choque también era notable, siendo descrita por los artilleros antitanque como un fuerte palmazo en el pecho.
[cita requerida] El QF de 17 libras era un arma más pesada y voluminosa que su predecesor.
En consecuencia, debía ser remolcado por un tractor de artillería como el Morris Quad, el Semioruga M3 o el Crusader II Gun Tractor Mk I, ya que efectivamente no podía ser movido solo por sus artilleros, especialmente sobre terreno suelto.