Brujería vasca

[3]​ En sus orígenes, según Caro Baroja, "la Brujería vasca aparece ligada a una peculiar situación social del país y adherida a una tradición de paganismo, que hacía decir a varias personas del siglo XV que los vascos, tan católicos hoy, eran gentiles"."El mismo Satán, a cada una de estas mujeres las capta, y, subyugadas por su misma infidelidad y dormidas, las hace ver, por medio de la fantasía, que se transforman en distintas formas y semejanzas de criaturas… de suerte que habiendo tenido el ensueño la mujer infiel cree que lo ha experimentado no en el ánimo, sino que le ha ocurrido corporalmente".En ese año dos niñas se presentan ante el Consejo Real de Navarra en Pamplona declarándose "brujas, en compañía de otras muchas de este oficio, las cuales hacen mucho mal" y añadiendo a continuación que "si queréis castigarlas, nosotras os las mostraremos, que luego que veamos a cada una el ojo izquierdo, la conoceremos, porque somos de su oficio: otra que no lo fuese no las podría conocer".Los oidores del Consejo les creyeron y nombraron a un inquisidor llamado Avellaneda para que junto con un grupo de cincuenta soldados fuera de pueblo en pueblo por los valles del Pirineo Navarro deteniendo a quienes señalaran las niñas.En su relato se muestra la brujería como una inversión de los valores y símbolos del Cristianismo.Como en 1555, la Inquisición se mostró mucho más prudente que las autoridades civiles, que exigían un castigo ejemplar, y se negó a emplear un rigor excesivo.Además tuvo que valerse de traductores, pues no comprendía el euskera, y como ha señalado Caro Baroja, "a veces transcribe mal los nombres" y de algunas palabras en vasco "parece no haber entendido el significado en una declaración amplia".[21]​ Según Joseph Pérez, "si lo comparamos con los centenares de ejecuciones que se producen al mismo tiempo en territorio francés, al otro lado de los Pirineos, este veredicto puede parecer clemente.Cuando llegaron allí, afirmaron que acudían a pedir justicia porque no eran brujos y si lo habían confesado al vicario," era porque los apretaron y amenazaron mucho si no los dezian".Pero los dos inquisidores creían en la realidad de la brujería, sobre todo cuando se presentaron ante el tribunal otras seis personas más, quienes, según informaron los inquisidores a Madrid el 22 de mayo, eran "las mas principales cabeza y caudillo de todos aquellos brujos según que suficientemente les esta probado".Finalmente Valencia aconsejaba: "Búsquese siempre en los hechos cuerpo manifiesto de delito conforme a derecho, y no se vaya a probar casso muerte ni daño que no ha acontecido".La segunda niña afirmó haber sido llevada también por los aires al aquelarre por María de Echagaray.En 1826 el alcalde de Fuenterrabía extendió un certificado a una mujer, a petición de esta, en el que se hacía constar que no era bruja y "si cabe menos hechicera", sino católica apostólica romana.Al parecer se trataba de una curandera a la que un cliente insatisfecho la había denunciado.Julio Caro Baroja traduce: "Los de San Sebastián han traído de Guetaria un macho cabrío, lo han puesto en el campanario y dicen que es el Padre santo".Asimismo está extendida la creencia de que durante la noche, que es cuando actúan las brujas (gabazkiak: "los de la noche"), no deben realizarse determinadas acciones, como ir por agua a la fuente.Precisamente existen relatos sobre las cabalgadas nocturnas de las brujas y también sobre las metamorfosis que experimentan, como convertirse en gatos negros.Asimismo se cree en la existencia del mal de ojo (beguizco) o el hechizo (sorguinkeri) que echan las brujas sobre niños y adultos, recurriéndose a adivinas (aztiya) o saludadores para que den remedios para curarlos y para descubrir a las autoras del mal -se recomienda, por ejemplo, tener encendido un cirio bendito para que dejen de ser invisibles o poner unas tijeras en cruz sobre el colchón-.Así, al pasar por ellos se tomaban precauciones como coger guijarros y trazar una cruz con ellos.[39]​ Según Julio Caro Baroja la brujería vasca tiene poco que ver con el culto al demonio, ya que en el folklore vasco la bruja se vincula con númenes.Pero los donativos que hace a la luz del día se convierten en carbón.
Grabado que muestra a dos brujas preparando una pócima
Mapa de las provincias vascas españolas (en rosa), francesas (en amarillo) y Navarra (en verde), con los nombres en euskera.
Cueva de Zugarramurdi (Sorginen Leizea) donde se reunían los brujos y las brujas para celebrar el aquelarre .
Grabado con diferentes escenas de brujerías: duendes, animales vestidos como hombres, ataques de lobos, hogueras.
Les sabbats des sorcières (el sabbat de las brujas).
Grabado con diferentes escenas de brujerías: duendes, animales vestidos como hombres, ataques de lobos, hogueras.
Dolmen de Sorginetxe ('casa de la bruja') en Arrizala ( Álava ).
Representación de Mari , la "Dama" o la "Señora", presidenta de las brujas