Brasil en la Copa Mundial de Fútbol de 1954

Era la primera vez que la Seleção vestía un uniforme con camiseta amarilla y pantalón azul.

En 1953, el profesor y periodista gaúcho Aldyr García Schlee venció a otros trece candidatos en el concurso para elegir el nuevo uniforme.

Como ganador, recibió un puesto permanente en Maracanã, una prácticas como diseñador en el ahora desaparecido periódico Correio da Manhã y una suma de dinero.

Pero la formación seguía siendo 3-2-2-3, W-M. Zezé tomó fuerza al ganar el Campeonato Panamericano de Fútbol 1952 en Chile.

Antes del Mundial, Brasil obtuvo seis victorias consecutivas, pero el fútbol no convenció.

El partido de despedida fue una victoria por 2 a 0 ante el Milionários en el Maracanã, en el que el equipo fue abucheado.

Zezé Moreira respondió: "Los abucheos injustificados tuvieron para mí la satisfacción de demostrar que los jugadores nacionales tienen la moral alta.

Sí, porque cualquier equipo habría sucumbido, fatalmente, a tantas expresiones de descontento".

Y con este entrenador terminamos ganando el único título en tierras que no son nuestras.

Este mismo entrenador que jugó once partidos y no perdió ninguno.

[2]​ El periodista austriaco Willy Meisl, hermano de Hugo Meisl, entrenador del Wunderteam, analizó un mes antes del Mundial: "Quienes asistan al próximo Mundial no verán a Zizinho, Ademir o Jair.

Pero si bien la defensa brasileña es sin duda más poderosa que hace cuatro años, la línea de delanteros no es tan excepcional como su predecesora.

Los expertos dicen que Julinho es una mezcla de Stanley Matthews y el famoso goleador Gunnar Nordahl.

Un empate clasificaría a ambas selecciones, pero Brasil siguió presionando, para desesperación de los yugoslavos.

Después del empate en el tiempo reglamentario, llegó la prórroga y los brasileños pensaron que necesitarían un partido de desempate.

En la segunda parte, Pinheiros cortó un pase de Hidegkuti a Kocsis, penalti polémico para Hungría.

La prensa brasileña culpó a la actuación del árbitro Arthur Ellis alegando que no hubo penalti para el segundo gol húngaro y que el cuarto gol estaba en fuera de juego.

La crónica deportiva criticó al técnico Zezé Moreira por haber insistido en la selección del jugador Humberto Tozzi.

Humberto no marcó gol, se desesperó, le dio una patada a un húngaro y lo expulsaron del campo".

[13]​ El uruguayo Juan Alberto Schiaffino, presente en el Maracanazo, se mostró decepcionado con la selección: "Al contrario, encontré a Brasil disminuido.

Con Zizinho y Ademir, Brasil también podría perder contra Hungría, que nos ganó sin Puskas.

Entre nosotros: Julinho, Zizinho, Ademir, Jair y Maurinho, ¿no habrían abierto la defensa húngara?".