[2] El cruce tradicional[3] se ha utilizado durante siglos para mejorar la calidad y cantidad de los cultivos.
El cruce combina dos especies sexualmente compatibles para crear una variedad nueva y especial con los rasgos deseados de los padres.
Por ejemplo, la manzana honeycrisp exhibe una textura y sabor específicos debido al cruce de sus padres.
La mutagénesis usa la radiactividad para inducir mutaciones aleatorias con la esperanza de tropezar con el rasgo deseado.
Los científicos pueden usar productos químicos mutantes como metanosulfonato de etilo o radiactividad para crear mutaciones aleatorias dentro del ADN.
Se puede inducir a la poliploidía para modificar el número de cromosomas en un cultivo para influir en su fertilidad o tamaño.
Además, los cultivos pueden diseñarse para reducir la toxicidad o producir variedades con alérgenos eliminados.
Este rasgo aumenta la resistencia de un cultivo a las plagas y permite un mayor rendimiento.
Un ejemplo de este rasgo son los cultivos modificados genéticamente para producir proteínas insecticidas descubiertas originalmente en (Bacillus thuringiensis).
Los genes responsables de esta resistencia a los insectos se han aislado e introducido en muchos cultivos.
A menudo, los cultivos se ven afectados por enfermedades transmitidas por insectos (como los pulgones).
Los cultivos transgénicos resistentes a enfermedades ahora incluyen yuca, maíz y batata.
Por ejemplo, los árboles de papaya se han modificado genéticamente para que sean más tolerantes a las condiciones cálidas y frías.
Actualmente, solo una pequeña cantidad de cultivos modificados genéticamente están disponibles para su compra y consumo en los Estados Unidos.
El USDA ha aprobado soja, maíz, canola, remolacha azucarera, papaya, calabaza, alfalfa, algodón, manzanas y papas.