Se celebraba anualmente en Tebas desde que la implantó Mentuhotep II de la Dinastía XI del Imperio Medio hasta la época romana.
Al principio, la procesión se celebraba solamente entre el templo de Karnak y Deir el-Bahari pero luego la ruta se fue haciendo más extensa, visitando otras necrópolis y templos funerarios como el Rameseum.
Con esta liturgia se interpretaba que la divinidad estaba presente, no sólo en este templo, sino también en las necrópolis, protegiendo a los difuntos y sus familiares.
Como acontecimiento alegre y popular, en ellas aparecen multitud de figuras como funcionarios, músicos, cantantes o bailarinas.
Durante los banquetes funerarios se representan personajes que aspiran la fragancia del loto azul egipcio.