Durante las principales fiestas religiosas, los reposaderos albergaban temporalmente la barca portátil que contenía la estatua del dios o rey.
Estaba situada en el edificio religioso principal, en el eje procesional, en el interior del naos.
Esta sala o salas, donde se situaban el dios o los dioses formaban el jem sejem ("el lugar que no debe conocerse") y allí se situaba la capilla o capillas de la barca.
[1] La capilla se reconocía por el programa pictórico que representaba la barca de los dioses.
En los templos ptolemaicos, la capilla de la barca estaba separada al fondo por una galería.