En ese lapso jugó 77 partidos oficiales y marcó 54 goles, lo que representa un promedio de 67% anotaciones por encuentro.
Es considerado por muchos uno de los mejores jugadores que ha vestido la albiceleste y, además, es el único futbolista en la historia en lograr marcar un triplete en dos mundiales distintos.
[6][7] Contrajo matrimonio con Irina el 28 de enero de 1990, y más tarde se trasladaron a Florencia donde nacieron los hijos más grandes y posteriormente se mudaron a Roma.
[9] En 1989, fichó por River Plate, club donde ganó su segundo título oficial en Argentina bajo la dirección técnica de Daniel Passarella.
Para al año siguiente fue contratado por el Boca Juniors cuyos colores defendió hasta 1991, donde formó una dupla de ataque temible junto a Diego Latorre.
Estuvo a un paso de firmar por el FC Barcelona en la campaña 1997-1998, sin embargo, el entrenador culé de aquella época, Louis van Gaal, prefirió contar con los servicios del brasileño Sonny Anderson.
Finalizada la campaña 1999-2000, abandonó la Fiore y fichó por la Roma, que hizo un importante desembolso económico para contar con él.
Sin embargo, las crónicas lesiones en sus tobillos y el gran momento del goleador histórico de Boca Juniors, Martín Palermo, hicieron que ese deseo no prosperara.
Según la IFFHS, Batistuta anotó 249 goles en 444 partidos jugados en las ligas de Argentina, Italia y Catar.
El equipo argentino se consagró campeón y Batistuta máximo goleador del torneo con 6 tantos.
En la Copa América 1993 marcó tan solo tres goles, sin embargo dos de ellos fueron en la decisiva final jugada contra México.
En las eliminatorias a la Copa Mundial de 1994 participó en cinco encuentros y anotó dos goles.
Luego de un empate 1-1 en el primer encuentro jugado en Sídney, en el partido revancha, en Buenos Aires, Batistuta sacó a relucir su capacidad goleadora para anotar en las competencias definitorias y con su gol aseguró la clasificación al mundial con una victoria final de 1-0.
La albiceleste ganó el encuentro 4 a 3 en tanda de penales y pasó a cuartos de final, donde perdió en los últimos instantes del partido contra Holanda, cuando Batistuta minutos antes había estrellado un remate en el poste.
Sin embargo, la argentina integró el denominado “grupo de la muerte” y quedó eliminada en primera ronda.