Batalla naval de Santiago de Cuba

Sin embargo, Cervera se resistía a salir de la seguridad del puerto.La flota estadounidense permanecía fuera del puerto esperando la salida de los buques españoles.Cuando salieron los buques españoles Sampson se encontraba todavía en tierra y solo estuvo presente al final de la batalla, por lo que la flota estadounidense fue dirigida por el comodoro Schley.Los barcos dejaron el puerto a intervalos demasiado largos y siguiendo todos la misma ruta.Los últimos barcos en abandonar el puerto fueron los pequeños y rápidos destructores de Villaamil, Furor y Plutón, que sufrieron importantes daños en poco tiempo; con su pequeña artillería poco pudieron hacer contra el enemigo.Una vez liquidados los destructores, la escuadra estadounidense persiguió al Vizcaya hasta dejarlo también fuera de combate.El Cristóbal Colón, la unidad más rápida y moderna de la flota española, se alejaba a toda máquina.Y hubiera quizá escapado si no se le hubiera agotado el carbón inglés de alta calidad, por lo que debió proseguir viaje con carbón cubano, de menor poder calorífico.Esto le hizo perder sustancialmente velocidad y la ventaja obtenida hasta el momento.Los estadounidense pensaron que la actitud del Cristóbal Colón de huir sin siquiera combatir era debida a la cobardía, y solo después de la batalla supieron que el barco no tenía instalados todavía su artillería principal u otros armamentos y por lo tanto poco podía hacer.Todos los grandes cruceros, tras ser alcanzados por el fuego enemigo, aguantaron suficiente tiempo a flote como para ser embarrancados cerca de la costa sin hundirse, por lo que todos sus mandos y muchos de sus oficiales y marineros sobrevivieron a la batalla.Los cañones españoles causaron pequeños daños en los buques estadounidense Brooklyn, Oregon, Texas, Indiana e Iowa.Los estudios posteriores a la batalla revelaron que ambas escuadras habían intercambiado un fuego impreciso.Peor suerte corrió el capitán de navío Fernando Villaamil, que resultó muerto en combate a bordo del Furor.La escuadra española fue enviada a una guerra perdida de antemano por unos dirigentes políticos que conocían la superioridad del enemigo, pero optaron por no enfrentarse a una población que había sido convencida del triunfo por una prensa irresponsable y sensacionalista, y que no habría permitido que el ejército no actuara ante un ataque contra el territorio nacional (Cuba no era considerada una colonia, sino una provincia más del país; pero tanto legalmente como de hecho era administrada como una colonia).Cervera y sus superiores mantenían posturas enfrentadas sobre la forma en que se debía actuar.Cervera acató siempre las órdenes recibidas, pero lo hizo a regañadientes, en el último momento y mostrando su disconformidad.Esta forma de pensar coincide con su decisión inicial de evitar enfrentarse a la escuadra estadounidense y esperar resguardado en el puerto, lo que resultó indudablemente erróneo y contraproducente, pues de todos modos tuvo que acabar enfrentándose a la flota estadounidense y en una situación infinitamente más desventajosa que en una batalla en mar abierto, pues sus buques tuvieron que salir del puerto y presentar batalla de uno en uno.El puerto de Santiago era aparentemente un buen refugio, pues ofrecía protección a la flota frente a un ataque de fuerzas navales, pero por esas mismas características resultó una ratonera para la flota española.Una vez que se produjo el bloqueo, el también capitán de navío Joaquín Bustamante había propuesto una salida nocturna escalonada, y Fernando Villaamil realizó una nueva propuesta para lanzar un ataque nocturno por sorpresa con torpedos con los dos destructores que le quedaban.
El acorazado estadounidense USS Brooklyn en 1898.
El Infanta María Teresa cerca de la isla de São Vicente , Cabo Verde .
El Cristóbal Colón (izquierda) y el Vizcaya .
El Almirante Oquendo cerca de São Vicente a mediados de abril de 1898.
El Crucero acorazado Cristóbal Colón fue enviado a la guerra sin su artillería principal.
Daños en la parte posterior del Vizcaya .
Daños en el interior del USS Iowa tras la batalla.
El crucero Reina Mercedes , hundido por su propia tripulación al día siguiente de esta batalla para bloquear el acceso al puerto de Santiago de Cuba .
Prisioneros de guerra españoles en Seavey's Island, Portsmouth , Nuevo Hampshire , Estados Unidos.