Batalla de Sarantaporo

La batalla empezó con la acometida griega a la línea defensiva otomana en el desfiladero Sarantaporo, que comunicaba Tesalia con la Macedonia central.

Pese a que los defensores la tenían por inexpugnable, el grueso de las tropas enemigas consiguió internarse profundamente en la garganta, mientras las unidades auxiliares se habrían paso en los flancos otomanos.

[3]​ La misión británica la encabezó el contralmirante Lionel Grant Tufnell, que hizo hincapié en las prácticas artilleras y en las maniobras navales, mientras que sus ayudantes se concentraban en implantar un nuevo detonador para los torpedos modelo Whitehead.

[4]​ Por su parte, la misión del general de brigada Joseph Paul Eydoux se centró en mejorar la disciplina y adiestrar a los oficiales en las operaciones en las que participaban grandes unidades.

Esta declaró la guerra al imperio, si bien Montenegro ya lo había atacado el 25 de septiembre.

[8]​ Grecia envió sendos ejércitos a las fronteras con Tesalia y Epiro, que recibieron el nombre de estas regiones.

[11]​ Los griegos prosiguieron el avance y recorrieron veinte kilómetros por la meseta de Elassona sin encontrar resistencia.

Los otomanos temían quedar embolsados por el destacamento de evzones Konstantinopoulos y empezaron a retirarse a una segunda línea defensiva en Hani 739, hacia las siete de la tarde, cuando ya había anochecido.

Al alcanzar la segunda línea defensiva, los otomanos se enteraron de que la 4.ª División griega había ocupado ya la garganta de Porta; la noticia desató el pánico y muchos soldados desertaron, abandonando el equipo.

[17]​ La 4.ª División cargó ladera abajo del monte Rahovo la mañana del 10 de octubre, sorprendiendo a la infantería y a los artilleros enemigos, que abandonaron más de veinte cañones Krupp y emprendieron la retirada en desorden.

[18]​[19]​ La tímida actuación de la caballería griega permitió nuevamente que los otomanos pudiesen retirarse sin percances, esta vez a Servia y Kozani.

Sin embargo, la población musulmana finalmente llevó a cabo la matanza cuando tuvo noticia de la inminente derrota en Sarantaporo; ciento diecisiete cristianos fueron asesinados.

La Liga había ocupado casi todo el territorio imperial europeo y sus ejércitos se acercaban velozmente a Constantinopla.