Para ello, persuadieron a los locrios de que realizasen una incursión contra Fócida, coligada con Esparta.
Poco dispuesto a esperar su llegada, Lisandro marchó con su ejército hacia las murallas de Haliarto.
Cuando un intento de tomar la ciudad por subversión no funcionó, se lanzó un asalto a las murallas.
Sin embargo, una considerable fuerza tebana se encontraba cerca, tal vez sin conocimiento de Lisandro.
Los tebanos, empero, persiguieron a las tropas derrotadas demasiado lejos y, cuando alcanzaron una zona abrupta, los soldados que huían se dieron la vuelta y les infligieron graves pérdidas; en consecuencia, los perseguidores tuvieron que retirarse.