Al comienzo de la guerra, Agesilao se encontraba en Jonia, en campaña contra los persas.
Enfrente se encontró, cerca del monte Helicón, un ejército formado por beocios, atenienses, argivos, corintios, eubeos y locrios.
Para darles seguridad, Agesilao primero les recordó la reciente victoria espartana en Nemea y luego les dijo que el navarca espartano Pisandro había muerto en una victoria contra la flota persa.
Entre los argivos cundió el pánico antes de que los espartanos comandados por Agesilao pudieran siquiera llegar a ellos.
Los mercenarios cercanos a Agesilao asumieron que la batalla había acabado e incluso ofrecieron una condecoración al rey para conmemorar su victoria.
Agesilao fue herido en la batalla y tuvo que ser llevado de vuelta a la falange.
Ahí llegó la caballería y le informó de que unos 80 hombres se habían refugiado en un templo cercano.