Agesilao II

Agesilao pidió a la Asamblea espartana 30 oficiales espartiatas, 2000 neodamodes (ilotas liberados) y 6000 aliados.

[1]​ Mientras tanto, Tisafernes, sátrapa persa, reunió con cautela a sus fuerzas, para ganar tiempo estuvo negociando con Agesilao sobre el estatuto de las ciudades jónicas.

Pero Agesilao invadió Lidia llegando hasta los campos de Sardes, tal como había anunciado.

Los persas dieron paso en desbandada, perdiendo mucho en la huida, entre ellos el botín de su campamento.

Titraustes prometió un gran homenaje al rey de Esparta, si se retiraba de Asia, a lo que Agesilao dijo que sólo los lacedemonios podrían autorizar dicho tratado.

Se dijo que estaba planeando una campaña en el interior, o incluso un ataque contra el propio rey persa Artajerjes II[4]​ mismo, cuando fue llamado a Grecia, tras la muerte de Lisandro, debido a la guerra entre Esparta y las fuerzas combinadas de Atenas, Tebas, Corinto, Argos y algunos estados menores.

En 389 a. C. condujo una campaña en Acarnania, pero dos años más tarde la Paz de Antálcidas, calurosamente apoyada por Agesilao, puso fin a las hostilidades.

Era un líder con éxito en la guerrilla, alerta y rápido, cauto, un hombre, además, cuya valentía personal era incuestionable.

Como estadista ganó tantos partidarios entusiastas como enemigos acérrimos, pero de su patriotismo no cabe ninguna duda.

Según Plutarco, una vez le preguntaron si quería erigir un monumento conmemorativo en su honor.

Contestó lo siguiente: «Si he hecho alguna acción noble, eso es suficiente conmemoración; si no he hecho nada noble todas las estatuas del mundo no preservarán mi memoria.» (en griego: Εἰ γὰρ τι καλὸν ἔργον πεποίηκα, τοῦτο μνημεῖον ἐστίν; εἰ δὲ μηδὲν, οὐδ' οἱ πάντες ἀνδριάντες.)

Su hermana Cinisca se convirtió en la única mujer de la antigüedad en ganar en los antiguos juegos olímpicos.

Agesilao expulsa a los ilirios de Epiro .