Luis XIV odiaba a las Provincias Unidas porque se permitía la edición de libelos que le ridiculizaban.
Estos respondieron tasando con derechos exorbitantes la sal, los vinos y otros productos procedentes de Francia.
[4] El "Rey Sol" planeó minuciosamente la invasión de las Provincias Unidas durante casi cuatro años.
Los franceses son obligados a retirarse por la rotura de más diques por parte holandesa.
Al año siguiente Carlos II de Inglaterra pide la paz empujado por la opinión pública inglesa.
Al llegar a Magdeburgo, tomó consejo con sus generales y decidió atacar al enemigo, que, confiando en su fuerza, se encontraba mal protegido y no tenía idea de la llegada de los brandeburgueses.
El segundo al mando también se encontraba enfermo, así que el mando del ejército pasó a otro subordinado, Mardefelt, quien era un experto en asedios pero carecía de habilidad en el campo de las maniobras y el combate abierto.
[7] Por otra parte, los campos brandeburgueses habían sido quemados para dificultar a los suecos encontrar forraje.
A principios de junio,[7] Wrangel -o Mardefelt- había permitido que se dividieran las fuerzas suecas.
El Gran Elector aprovechó la coyuntura para iniciar un movimiento que pudiera darle la posibilidad de derrotar decisivamente a su enemigo.
Al llegar a la zona de Fehrbellin, los suecos encuentran el puente sobre el rio Havel destruido por los brandeburgueses para evitar que los suecos pudieran cruzar el río, y Wrangel percibe que su única esperanza consistía en enfrentarse al enemigo con valentía y aceptar la batalla mientras se trabajaba para reparar el puente.
[10] Durante la noche, la mayor parte de los suecos fueron evacuados por el puente ya reparado y se retiraron por Ruppin a Wittstock.
A la mañana siguiente, 29 de junio, la retaguardia sueca también abandonó Fehrbellin y prendió fuego al puente sobre el Rin para proteger la retirada.
[11] Los suecos habían sido durante mucho tiempo prácticamente invencibles pero en esta batalla salieron derrotados.