En consecuencia, la flota hispano-holandesa que buscó refugio en Palermo a principios del verano de 1676 para reparar sus averías se hallaba muy debilitada.
[1] Pese a esto, la victoria francesa requería la eliminación de la flota enemiga, no únicamente su debilitamiento.
[3] Descubrieron que el enemigo contaba con veintisiete barcos (diecisiete de ellos holandeses), diecinueve galeras y cuatro brulotes.
[nota 4] En el bando francés, excepto los brulotes, que habían cumplido su misión, no se perdió ninguna nave y solo hubo doscientas bajas.
[3] Estas pérdidas eran escasas, pero atestiguan la intensidad del cañoneo de las naves enemigas que pudieron escapar al fuego y lograron defenderse.
Cuando la noticia de la victoria llegó en Versalles, Colbert exclamó, exultante: «Es la acción más gloriosa que haya realizado nunca armada alguna».
En 1672, había hecho falta solicitar la alianza de la flota inglesa para entrar en guerra contra las Provincias Unidas.
[5] Esta victoria otorgó a los franceses el dominio del Mediterráneo occidental, que conservaron durante varias décadas.
Francia:[2][3] Vanguardia (Duquesne) Cuerpo de batalla (Vivonne) Retaguardia (Gabaret) Provincias Unidas:[2][3] España (* probables)