[4] En agosto, Johan y Cornelis de Witt, cuyas políticas fueron culpadas del colapso holandés, fueron linchados por una turba orangista, dejando a Guillermo en el control.[5] Luis se vio entonces obligado a emprender otra guerra de desgaste en las fronteras francesas, con un ejército imperial que abrió un nuevo frente en Renania.[8] Los franceses quedaron entonces sobrepasados y se retiraron de la República Holandesa, conservando sólo Maastricht.[9] En el verano de 1676 Guillermo III decidió poner fin a la presencia francesa en Maastricht.[10] Mientras continuaba el asedio, se estaban llevando a cabo conversaciones de paz en Nijmegen.Si bien éstas no consiguieron poner fin al asedio, sí que desembocaron en los primeros Tratados de Nijmegen.El asedio continuó, y las fuerzas holandesas aliadas siguieron intentando flanquear la guarnición a través del suburbio de Wyck el 23 de agosto.