Pero durante buena parte de la década, las fuerzas porteñas, cada vez más identificadas como nacionales, se enfrentaron a sucesivas rebeliones federales en casi todas las provincias.
Una de las pocas provincias en que no hubo reacciones fue la de Entre Ríos, donde un acuerdo tácito del gobernador Urquiza con el gobierno nacional dejaba en paz al expresidente en su provincia, mientras los liberales derrotaban a los federales en las demás.
Pero en el intento, Urquiza terminó asesinado, lo que provocó la intervención militar del presidente Domingo Faustino Sarmiento.
Lograron ocupar varios de los más grandes, como Gualeguay, Rosario del Tala, Nogoyá y La Paz.
A las cuatro de la tarde del día siguiente, 9 de diciembre, una súbita crecida adicional del arroyo dejó a sus fuerzas divididas en dos, momento que aprovechó el general Gelly y Obes para atacar.
La batalla de Don Gonzalo fue la última librada en la Argentina por caudillos federales contra fuerzas unitarias.