[5] El historiador venezolano Gabriel E. Muñoz señala que las tropas habían sido reorganizadas del siguiente modo: 1.300 infantes orientales en dos cuerpos al mando de Bermúdez y Valdés, 700 plazas del batallón Caracas de Montilla y Ayala y 800 jinetes del comandante Cedeño.
Como reserva estaban las compañías de los comandantes Pedro Salías y Martín Peñalver.
La mayoría de la caballería acompañaba al general en jefe por donde se moviera.
Un movimiento similar ocurrió en la izquierda patriota, donde 200 hombres de la infantería de Urdaneta, llegada a eso del mediodía y que estaba en retaguardia, logró contener al enemigo.
Entonces Ceballos ordenó a su infantería y 600 jinetes cargar sobre el centro de la línea patriota, logrando romperla.
Parte del parque y algunos cajones fueron destruidos al no poder cargarse para evitar que el enemigo los usara.
Los monárquicos eran dueños del campo y por lo tanto vencedores, sin embargo, Urdaneta había conseguido salvar a la mayoría de la infantería, abandonada a su suerte por su caballería y sus principales jefes.
Entre tanto, el capitán general interino Juan Manuel de Cajigal y Martínez decidió salir de Coro para unirse a las operaciones militares con 400 jinetes apureños.