Baix Albaida (también conocida com Castellón i las Énovas)[1][2] es una subcomarca de la Ribera Alta (Comunidad Valenciana) atravesada por el curso bajo del río Albaida antes de unirse al Júcar.
[6] Así tenemos por un lado las montañas de yeso (los materiales que lo forman son salobres, de poca consistencia, blandos, destacando margas y rocas pardas, presentando arcilla, yeso, sales y caracterizado por no presentar cal), que representan tan sólo el 5% del territorio, que se localizan en el suroeste de la subcomarca, penetrando en el macizo del Puerto de Cárcer.
[7] Esta tierra de la huerta (la más apreciada para la agricultura por disfrutar de riego de acequia, lo que la hecho ser muy productiva, aunque la sobreproducción la va agotando poco a poco) presenta más espesor que en el plan, y está formada mayormente por arcillas y limos compactos y ricos, aunque a suficiente profundidad se pueden encontrar algunas formaciones del tipo del piñón y el tapón.
[7] Es en esta huerta donde se encuentran (al borde de las acequias) los siete establecimientos humanos de esta subcomarca, que acabaron siendo pueblos que han sobrevivido hasta nuestros días.
Están localizadas en zonas próximas a los ríos Júcar y Albaida, así como también en los mismos cajeros de los barrancos.
[7] En un primer momento eran zonas semi pantanosas, lo que las hacía ser insalubres, y por tanto, rechazadas para la agricultura; aunque en esta subcomarca se cultivaba arroz antes de establecerse el naranjo como cultivo prioritario.
La población era ínfima, los clanes más débiles se conformarían construyéndose rudimentarias cabañas u ocupando pequeños abrigos, y los más fuertes se ubicarían en las cuevas, aunque en esta subcomarca de cuevas hay muy pocas; la única que destaca por sus dimensiones es la cueva de Xàtiva del Realengo.
Durante las largas etapas primitivas, hombres y animales, para desplazarse, utilizaban las vías naturales, las más llanas, las que discurrían casi siempre paralelas a los ríos y barrancos, por un borde o por los dos de sus valles.
[15] Durante los períodos preibérico e ibérico, perduran los mismos caminos anteriores, simples sendas de herradura, naturales o artificiales, por donde se desplazaban, aún todos juntos, los hombres, los animales de carga y el ganado; pero la introducción del carro (tirado mayormente por bueyes, aunque los íberos introdujeron el caballo) revolucionará el transporte y exigirá la mejora de los senderos más transitados.
[2] A partir del año 218 a. C. cartagineses y romanos se disputaron estas tierras.
Este período ha quedado reflejado en los restos locales, entre los que, podemos destacar: Otros restos son el huerto de "Camals" de Puebla Larga, donde se ha descubierto abundante cerámica común romana.
[2] En el período del emirato Independiente (más o menos por el 750) es cuando se abrió en Castellón la primera de las tres acequias que se excavaron en esta subcomarca en la época musulmana.
[29] Se considera esta segunda etapa foral como una etapa de recuperación al viviere un tiempo sin desastres naturales, epidemias y las guerras; lo que permitió una recuperación económica basada en la agricultura, sector que supera el autoconsumo, y comercializan los excedentes.
[29] Además, durante este período explotó el odio acumulado durante 360 años de convivencia entre musulmanes y cristianos, un odio fruto de la intolerancia religiosa y, al final por el miedo que se tenía por una posible cooperación de los musulmanes con la piratería turca y norteafricana.
[34] Estos nuevos colonos fueron cristianos viejos procedentes de lugares muy variados, aunque la mayor parte provenía de los pueblos cercanos y también había algún que otro morisco converso.
El siglo XVIII empezó con el conflicto bélico internacional que, produjo la Guerra de Sucesión Española (1701 –1714), confrontación en la que además de la sucesión en la corona hispánica, se dirimía también la cuestión del equilibrio poder entre las diferentes potencias europeas, y se considera uno de los primeros conflictos globales.
La subcomarca era del bando maulet, no se puede olvidar que había una cierta relación entre los principales dirigentes maulets y la subcomarca, como el señor de la Pobla Lluís March de Esplugues.