Énova se encuentra situada a 39°2′39″ latitud norte y 0°28′50″ longitud oeste.El término municipal está a la derecha del río Albaida y tiene una extensión de 7,7 km2.Las tierras del término se riegan con la acequia Comuna de L'Ènova, que toma aguas del río Albaida, en término el de Játiva, y cuya antigüedad se remonta al siglo XIV.[12] Aunque esto se acabaría hacia la mitad del siglo XIV, cuando coincidieron en pocos años un cambio climático que supuso un ligero enfriamiento, y por la Guerra de la Unión, dentro de la cual hubo una gran batalla que se desarrolló en el municipio vecino de La Pobla Llarga, y la primera gran peste, la conocida como Peste negra.Sería a finales del siglo XVIII cuando el famoso botánico Cavanilles visito el pueblo, denunciando en su obra las malas condiciones higiénicas y la miseria económica de los habitantes debido a los cultivos de arroz y el agua estancada que se necesita para este producto.Al inicio del siglo XIX y en pleno conflicto con Francia tras la invasión de España, Enova volvió a estar en el centro del asunto formando junto a otros municipios de la zona una guerrilla aunque la región acabaría siendo conquistada igualmente pero seguiría formando parte de los esfuerzos bélicos reuniendo aportaciones para el mantenimiento del ejército antinapoleonico[22].No sería el único momento en el que vecinos enovenses toman las armas para defender sus ideales, años más tarde durante el trienio liberal se presentarían para luchar contra los cien mil hijos de San Luis en forma de milicia local, el resultado sería también negativo, aunque no solo se situarían del lado liberal, también habría fuerzas realistas o absolutistas en Enova que resurgirían tras el retorno al absolutismo en 1823[23].Enova ha sido al igual que muchos otros municipios de la región valenciana, una tierra de agricultores, tanto es así que durante la presencia musulmana hasta la conquista aragonesa el territorio estaba articulado a través de alquerías árabes, siendo estas las que supondrían la base para la articulación cristiana, quienes tendrían un relevo en los colonos que llegaron tras la conquista del rey Jaume I, de una primera oleada más centrada en la obtención del botín bélico por una segunda más preocupada por la agricultura y la subsistencia[11].o ya en tiempos de la guerra civil española el gobierno local socialista pondría en marcha la 'Sociedad cooperativa popular Largo Caballero' que se ocuparía de las colectivizaciones, incautaciones que se dieron durante el periodo bélico[34].Asociado a la agricultura tenemos uno de los elementos más reconocibles del patrimonio enovero: la acequia comuna de Énova, que no solo recorre la localidad que le da nombre sino que recorre algunos municipios vecinos como Manuel, Rafelguaraf, la Pobla Llarga, esto no solo marcaria la economía si no también la geografía de la zona.[37] Énova además cuenta con unos montes muy ricos en hierbas aromáticas y otras plantas, siendo muy abundante también el esparto, un material que aun simple en apariencia servía y sirve para usos muy diversos, se pueden confeccionar alpargatas, capazos para los trabajos de la huerta, cuerdas, etc. Facundo Bellver Castelló, Canónigo de la Catedral de Valencia.
Billete emitido por el consejo municipal de Enova durante la contienda civil 1936-1939