Bahía San Blas (Argentina)

Esta zona tiene costas de cantos rodados y en su mayoría tierras barrosas habitadas por cangrejos e islotes cubiertos por juncos.La localidad posee una variada fauna marina, entre la que podemos encontrar las siguientes especies: En la fauna terrestre se pueden resaltar: vizcachas, peludos, tortugas, jabalíes, ñandúes, cuises, lagartijas, culebras, pumas, perdices, zorrinos, liebre europea, etc. Entre las aves que sobrevuelan la isla se encuentran muchas especies: gaviotas, pechitos colorados, calandrias, lechuzas, cardenales amarillos, horneros, pájaros carpinteros, teros, loros barranqueros, flamencos, gorriones y, los vulgarmente llamados ostreros, entre otras.En 1832 la bahía recibe una expedición que tenía gran interés científico “El Beagle”, cuyo capitán era Robert Fitz Roy.La expedición dejó una cartografía muy correcta de la bahía que se utilizó hasta fines del siglo.Desde aquí, bordeando la Ría llegaba la sal hasta las piletas que se encuentran detrás de la capilla de San Blas donde se decantaba y se secaba para ser luego embolsada y transportada por un tránsito de trocha angosta y embarcada rumbo a Buenos Aires, desde donde era llegada a Europa.Eduardo Mulhall compró en 1881 junto a otras tierras una estancia en San Blas que se convertiría en un polo del desarrollo de la industria agropecuaria abarcando 68.000 hectáreas.[2]​ En la década del ’30, sería vendida a Bruno Wasserman, un acaudalado importador de papel y extraordinario benefactor.Bruno hizo construir el puente sobre un brazo del mar, en el año 1928, al que le puso una placa: Puerto Wasserman.En 1932 murió su esposa Cristina Berta, en cuya memora mandó a edificar una capilla.
Costanera Bahía San Blas.
Cruce entre el acceso a Bahía San Blas con calle Costanera.