Las bacantes (Βάκχαι) eran mujeres griegas adoradoras del dios Baco, conocido también como Dioniso o Bromio.
El culto al dios Baco, aunque en nuestros días esté simplemente asociado a la embriaguez, en la Antigua Grecia fue muy importante e incluso influyó mucho en el pensamiento filosófico de los griegos.
En Roma las bacanales u orgías se abrieron a todo el mundo, degenerando de tal forma que el Senado las prohibió.
Pero también mucho contenido erótico: Eurípides cuenta que pasaban noches enteras bailando desnudas, excitadas en un éxtasis no solo alcohólico.
En cuanto al rito de despedazar animales, representaba a Baco siendo devorado por los titanes.