[14] Se trata de relatos de autor anónimo en los que se mezclan ficción y realidad sobre hechos sucedidos dos siglos antes transmitidos oralmente, por lo que los estudiosos han tenido que recurrir a datos científicos complementarios para establecer la mayor o menor certeza de su contenido legendario.
[14][13] Según cuentan las sagas islandesas, los vikingos de Islandia llegaron por primera vez a América por Groenlandia en 982.
En aquel momento, la colonia consistía en dos asentamientos, con una población total de entre 3000 y 5000 habitantes, y al menos 400 granjas que pueden datar de esa época han sido identificadas en el sitio por los arqueólogos.
[17] En 1261, la población aceptó el gobierno del rey de Noruega, aunque continuó aplicando sus leyes locales.
Bjarni Herjólfsson, un mercader que navegaba entre Islandia y Groenlandia, perdió el rumbo, llegando a un territorio mucho más al oeste.
Herjólfsson describió el territorio a Leif Erikson, quien exploró el área con mayor detalle y fundó un pequeño asentamiento llamado Leifsbúðir.
Sin embargo, la ubicación exacta de las tierras descritas en las sagas todavía no está clara.
Datados entre el año 989 y el 1020, el campamento contaba con tres salas, así como herramientas para tejer, hacer herrería e incluso la reparación de barcos, lo que podría demostrar que los vikingos se internaron más hacia el interior de Canadá.
El posible asentamiento fue inicialmente descubierto a través de imágenes vía satélite y lecturas magnetométricas.
[32] Estos genes no corresponden a ninguna mujer amerindia que fue llevada desde América por los vikingos cerca del año 1000 como erróneamente publicaron gran parte de los medios internacionales.