El arrabal de San Ginés fue una barriada extramuros del primitivo Madrid amurallado,[1] que creció en torno a la parroquia de San Ginés de Arlés (de la que se tiene noticia ya en 1358),[2] en el lado exterior de la Puerta de Guadalajara y con una variopinta población de gremios artesanos se extendieron hacia levante.
[3] El arrabal de San Ginés,[a] cuya existencia como poblado puede datarse según algunos historiadores en tiempos de la ocupación musulmana,[b] se fue expandiendo hacia el norte desde la Puerta de Guadalajara,[4] acogiendo las casas de poderosas familias como los Mendozas y los Vallejos.
Junto a ellos pusieron sus locales los «bordadores, coloreros, boteros» y otros artesanos reunidos en torno a la iglesia de San Ginés, supuestamente levantada sobre una antigua ermita mozárabe.
[5] De esa herencia mudéjar son asimismo las noticias que sobre los establecimientos de herradores se han documentado en este arrabal, del mismo modo que los primeros herreros se sitúan en torno a la primitiva Almudena.
[6] La superficie del caserío, se fue extendiendo a lo largo de los siglos xiv y xiv desde la puerta de Guadalajara y la fuente de los Caños del Peral (en el espacio que luego se rellenaría para crear la Plaza de Isabel II), por el lado sur del arroyo (luego calle del Arenal),[7] y la zona norte del camino de Guadalajara (luego calle Mayor de Madrid), habiendo rebasado ya en 1470 la actual puerta del Sol.