Esta situación deja que la ciudad comience a regular su funcionamiento urbano y facilitar las tareas de repoblación.
Fue Alfonso VIII quien concedió algunos privilegios a la villa, iniciándose la redacción del texto en 1202.
El original se encuentra depositado y custodiado en el Archivo General de la Villa.
El segundo cuaderno perdió definitivamente en el siglo XVII, y en su lugar hay hojas en blanco.
El texto está redactado en un dialecto mozárabe de origen toledano,[5] y esto hace pensar a los investigadores que, en el siglo XIII, todavía existía en la villa un núcleo mozárabe de cierta consideración.