Arquiatre

El arquiatre o archiatro era el médico principal que servía a un monarca.

El arquiatre más famoso ha sido Arvo Ylppö, que inició la pediatría en el país y se le atribuye la reducción enorme de mortalidad infantil hasta niveles muy bajos.

A la consideración de Arquiatro para el médico más condecorado y a la de ciudadano romano para todos, fueron siguiéndose varios otros privilegios concedidos por los emperadores y demás soberanos poderosos.

Desde este tiempo los médicos instruidos, provistos de privilegios bien determinados, fueron colocándose por el gobierno en los puestos más importantes.

La palabra arkiatros, que comenzó a introducirse en las colonias romanas respecto a los médicos de mayor consideración, provendría de la lengua griega jatros, que significa médico, y de arki, primero, que conduce a creer haber significado siempre lo mismo que entre nosotros protomédico, cirujano mayor o primer médico.

Es verdad que este título no procuraba entonces al que le obtenía más que una distinción honrosa entre sus colegas pero el ser el primero en su profesión incluía la idea de superioridad y mando o tener alguna influencia sobre el ejercicio general del arte y cierta preferencia y autoridad en las discusiones habidas entre los facultativos.

Los primeros se habrían establecido poco tiempo después del advenimiento de Andrómaco a esta dignidad pues habiéndose convencido el gobierno romano de los ventajosos efectos que resultaban de tener una inspección suprema que vigilase sobre muchos médicos y sus diversas sectas y de que no era suficiente un solo arquiatro para el desempeño de todo el imperio, dio una ley Antonino Pío, hacia la mitad del segundo siglo en que se señala el número de ellos que debía haber en la capital y en todas las demás ciudades y pueblos.

Las villas pequeñas podían tener hasta cinco exentos de cargas concegiles e impuestos, las grandes siete, las mayores diez y en Roma, sin contar los de los barrios (regiones), había catorce, cinco para las vestales y uno para asistir y curar las heridas de los gimnasios, llamados todos arquiatros populares.

Los elegían los ciudadanos que tenían derecho de votar y eran confirmados por sus colegas entre los cuales debían tener al menos, siete votos en su favor, ocupando la última plaza; bien que en lo sucesivo fue necesaria la aprobación del emperador.

Antonio Pio aseguró para lo sucesivo a los arquiatros las más extensas prerrogativas, habiendo sido las leyes romanas desde aquel tiempo muy liberales con toda especie de médicos y botánicos, no habiéndoles jamás obligado en lo sucesivo a prestar oficios viles.

Antonio y Lucio Vero extendieron los privilegios de los arquiatros a todos los demás médicos que ejercían en el imperio.

Había pena arbitraria contra los que ofendían a las personas de los arquiatros y estos no podían ser encarcelados ni obligados a comparecer ante la justicia.

Sus hijos estaban exentos del servicio militar (idem, lib.

et prof., ley 3); y en una palabra, las leyes romanas concedían a todos los médicos y en especial a los arquiatros, todas las exenciones de las clases más privilegiadas.

Les estaban prohibidas las transacciones con los enfermos durante la enfermedad y el poder heredarlos.

No había en todo el imperio romano más escuela de medicina que la de Alejandría en Egipto y los que no podían ir a estudiar a África, se instruían con los arquiatros privadamente de maestros a discípulos.

Esta en los tiempos sucesivos fue confirmada con los godos , como se deduce del código Teodosiano, y más adelante por las bulas pontificias al tiempo de la admisión de la medicina en las universidades.

En los siglos siguientes fueron decayendo estos privilegios, así como fue menos apreciada la sabiduría y como los emperadores de Occidente miraron la ignorancia como un auxilio poderoso para sostener su despotismo, fue eclipsándose y desapareciendo del imperio romano la medicina, al paso que los bárbaros la fueron destruyendo.

Existían otra especie de arquiatros llamados palatinos, orkialri sacri palatii, qui militabantintra palatium.

Habitaban en la corte en donde formaban un colegio y estaban afectos al servicio del emperador.

Los médicos revestidos de la comitiva del primer rango (los había del segundo y del tercero) se llamaban comités, condes y comités archiatrorum, esto es, condes de los arquiatros; y si estaban retirados tomaban la denominación de ex-archiatris.

Esta escena alegórica muestra a Homero, un médico y el dios Mercurio, que sostiene la hierba Moly descrita por Homero. Las alas de la cabeza y los tobillos de Mercurio han sido reinterpretadas en la Edad Media como excrecencias en forma de espina de pez, y el manto extrañamente levantado podría ser una referencia a los aurigas a toda velocidad. También destacan los genitales, que por una vez no han sido borrados. Esta miniatura es una copia de un modelo del siglo VI (Medicina antiqua, Cod. Vind. 93. Detalle de la hoja 61 verso)