Como príncipe imperial, Vero recibió una esmerada educación del más reputado grammaticus, Marco Cornelio Frontón.
De Vero se conoce que era un magnífico estudiante, con aficiones tales como la poesía y los discursos recitados.
La carrera política de Vero comenzó como cuestor en 153, llegando a cónsul al año siguiente (154).
Oficialmente ambos hombres compartían los mismos poderes, pero en la práctica era Marco Aurelio quien ostentaba el poder realmente.
Aparentemente estas placenteras medidas fueron trasladadas a las tropas de rango, para así elevar la moral.
Esta extravagante actitud no fue óbice para sus juiciosas acciones en el campo militar, donde se demostró como un líder capaz, que cumplía sus tareas competentemente.