[1][b][3] La etimología de esta palabra proviene del italiano «ciarlatano» (del verbo «ciarlare», charlar),[1][c][4] que en Francia se aplicaría con el término «charlatan» –voz que con la misma grafía se encuentra en castellano, inglés y otras lenguas– al vendedor de medicinas que ocasionalmente anunciaba su presencia mediante música y un pequeño espectáculo en directo.Se da por las paredes O arroja de un tejado, Y queda, a buen librar, descostillado, Yo me reiré muy bien: importa un pito, La figura del charlatán como embaucador ha generado una rica tipología en el arte.Otro personaje similar sería el cirujano protagonista del Šarlatán.En el cine, pueden anotarse cintas clásicas como Le charlatan, película de Georges Méliès estrenada en 1901,[6] o The Charlatan (1947), una película que rodó el estadounidense de Edmund Goulding, inspirada en la novela homónima.En la película La bruja novata el personaje de Emelius Browne está visto como un charlatán que vende pócimas y hechizos por correspondencia.