Apocalipsis 11

El libro se atribuye tradicionalmente a Juan el Apóstol,[1]​[2]​ pero la identidad exacta del autor sigue siendo un punto de debate académico.[11]​ Este versículo fue grabado en una tiara papal que Napoleón regaló al Papa Pío VII.[25]​ Estos versículos presentan la profecía del vidente que ha consumido el pequeño libro, simbolizando la revelación divina.La Iglesia, sostenida por la promesa divina, no será derrotada, ya que su preservación está asegurada frente a los poderes de sus enemigos.Tradicionalmente, se les ha identificado con Pedro y Pablo, mártires en Roma, que podría simbolizar la ciudad mencionada en el Apocalipsis.Durante un periodo limitado —representado como 42 meses o 1260 días—, las fuerzas del mal parecen dominar, causando que muchos sucumban.Sin embargo, los testigos mantienen su llamado a la penitencia, lo que les lleva al martirio, generando alegría entre sus enemigos.Luego se proclama el juicio y las tribulaciones finales, simbolizadas por el derramamiento de las siete copas.
Tiara de Napoleón del Papa Pío VII en la que se grabó el texto de Apocalipsis 11:4