Desde los veinte años participaba en reuniones con otros artistas murcianos como José Planes, Clemente Cantos, Luis Garay, Pedro Flores, Joaquín García, Victorio Nicolás, Almela Costa, etc. Acostumbraban a reunirse en el Café Oriental y en este círculo era conocido con el sobrenombre de "El Miceno", propuesto por Flores, ya que se dedicaba a comprar pinturas y apoyar económicamente a algunos artistas.
[5] Realizó una exposición en Madrid en 1923 que tuvo una repercusión en la prensa de la capital e incluso en la londinense.
Destacaron los ingleses diversas obras como 'Jueves Santo', 'Baturra' y 'Maja del Abanico', aunque no eran de temática específicamente murciana.
En marzo de ese mismo año realizaron un Cristo de la Humillación que no fue comprendido por el público,[1] quizá porque presentaba un aspecto muy dramático para los gustos del público murciano más acostumbrado a obras más bonitas y que supuso un rechazo de la talla por la Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón.
[2] A finales de 1927 el taller sufrió un incendio que supuso una escasa producción en 1928.
[2] Siempre estuvo muy interesado en las costumbres y tradiciones murcianas a las que apoyó en todo momento.
Su estilo era crear jardines con abundante vegetación y de tipo romántico inspirados en los del siglo XIX.