No fue hasta 1752 cuando comenzó realmente el asentamiento, con la llegada de 60 familias, que sumaban unas 300 personas, quienes se instalaron cerca del puerto que por esta razón pasó a llamarse Porto dos Casais.En el mismo año, llegó el primer capellán, el carmelita Fray Faustino Antônio de Santo Alberto, y se erigió junto al lago una capilla dedicada a São Francisco das Chagas, primer patrón del asentamiento.[2] En 1780, se adquirieron terrenos de la Real Hacienda de los que fue posible obtener arcilla para ladrillos y tejas, cuya fabricación benefició a las obras, que así cobraron impulso.[8] Su costo fue presupuestado en 500.000 reales, bastante bajo, pero el material y la mano de obra fueron donados por la comunidad.[9] En 1794 la iglesia estaba casi terminada, a falta sólo de las torres, y ya recibía culto.[11] En 1899 sufrió varias reformas para reparar daños, recibiendo nueva decoración interna en pintura, confiada a los italianos Antonio Cauduro y Romano Tertulini, que también restauraron la pintura del techo del presbiterio, según informes, a su estado original.La última misa en la antigua iglesia tuvo lugar en 1929, en medio de un escenario ya desmantelado.[3][13] La antigua iglesia parroquial era típica del período barroco tardío con una fachada austera y un interior ricamente decorado.La fachada estaba dividida en tres bloques principales: el cuerpo y dos torres adosadas.La iglesia tenía tres puertas a nivel de calle, siendo la central la más alta, cerrada por paneles tallados, y tres ventanas alineadas encima, en el nivel superior, con dinteles tallados.Las dos torres tenían tres niveles, sostenidos por prominentes pilastras, y estaban coronadas por ménsulas prismáticas rodeadas de pináculos, con una cruz en la parte superior.Sólo dos personas tuvieron el privilegio de ser enterradas dentro del presbiterio, Manoel Vieira y el capitán Manoel Machado de Souza, en reconocimiento a sus grandes donaciones a la iglesia.[23] A pesar de ser una de las pocas grandes iglesias barrocas construidas en el estado, cuyo asentamiento sólo se consolidó cuando el estilo ya estaba en decadencia y aparecían nuevas referencias estéticas, su demolición parece haber sido lamentada sólo por su significado histórico más que por el artístico.