Después viajó a Inglaterra, viviendo algunos años en los Países Bajos y haciendo Herbarios de todos los lugares a donde iba para comprobar las prescripciones de Dioscórides.
Laguna trató temas literarios, históricos, filosóficos, políticos (Europa heautentimorumene es decir, que míseramente a sí misma se atormenta y lamenta su propia desgracia) y médicos, como un típico homo universalis del Renacimiento.
La obra salió con el título de Annotationes in Dioscoridem Anazarbeum (Lyon, 1554).
En ella señala además los errores cometidos por Ruelle y que notó al cotejar su traducción latina con varios códices griegos.
Fue mucho más influyente que otras ediciones de Galeno o Teofrasto en el Renacimiento europeo, ya que las prescripciones de Dioscórides tenían un carácter más práctico.
Laguna seguía considerando vigente la teoría de los cuatro humores, pero se mostró escéptico respecto a la alquimia, rechazando cualquier afirmación que no tuviera confirmación empírica.
Cogió el ungüento de color verde y fuerte olor que se descubrió en el lugar donde vivían los dos supuestos brujos y se lo aplicó a una paciente suya que padecía de insomnio.
Al poco tiempo murió el duque y Laguna se marchó de Metz.