Viajó a Italia hacia 1442 comisionado por el rey Juan II para asistir al concilio de Basilea y defender la doctrina conciliarista o la superioridad del concilio sobre el papa, pero no llegó a pasar de Italia, pues en 1443 expuso 21 proposiciones en Siena delante del papa Eugenio IV y tres de ellas desagradaron al pontífice, que encargó al cardenal español Juan de Torquemada, un fecundo teólogo tomista, su refutación, que no logró.
Su ingente obra latina ocupó quince grandes volúmenes en la edición veneciana publicada entre 1507 y 1530.
Otras obras suyas son Super Ecce virgo (Is 7,14) y De Trinitate.
Junto a las fuentes bíblicas, existen otras aristotélicas y él mismo tradujo esta extensa obra al latín.
En su Breviloquio de amor e amiciçia (h.1437-1441), dedicado al rey Juan II de Castilla, parte del dicho platónico «quando tovieres amigo, cumple que seas amigo del mismo, mas, por esto non cumple que seas enemigo de su enemigo», para exponer la importancia que el amor y la amistad pueden desempeñar tanto en la vida social —llegando a ser sustitutivos del vínculo jurídico— como en la vida religiosa.