[5] Y en este año, tras el asesinato del arzobispo Suero Gómez de Toledo, Alonso Sánchez fue elegido para reemplazarle al frente de la archidiócesis compostelana.
Alonso Sánchez de Moscoso empezó a gobernar la archidiócesis compostelana en un momento extremadamente grave para Galicia, y aunque cuando fue designado arzobispo había una cierta calma en ese territorio, era solamente, como indicó López Ferreiro, una «tranquilidad forzada» y similar a las que suelen acompañar a «las grandes tormentas».
[22] Pero al alejarse Enrique de Galicia, sus partidarios «casi quedaron abandonados» a su suerte y «propias fuerzas», y el conde Fernán Ruiz de Castro recuperó para la causa de Pedro I casi todo el territorio gallego y numerosos lugares del reino de León.
[10][26] Y en lo tocante a la Guerra Civil Castellana, López Ferreiro señaló que el arzobispo «habría percibido quizás el lejano rugir de la furiosa tempestad, pero no le tocó el experimentar sus efectos».
[25] Y tras la repentina muerte del prelado, su hermano Rodrigo de Moscoso fue nombrado en 1367 arzobispo de Santiago de Compostela para reemplazarle[13][27][1][3][11] debido a sus grandes cualidades «personales» y a su estrecho parentesco con su predecesor, como señaló López Ferreiro, aunque este último erró al afirmar que Rodrigo debió comenzar a ejercer su cargo a mediados de 1368.
[28][29] Y el sepulcro del arzobispo, que se conserva en la actualidad en la mencionada capilla, fue descrito del siguiente modo por Manuel Chamoso Lamas:[30][b] El sepulcro debió ser labrado aproximadamente entre 1383 y 1400, según Marta Cendón Fernández,[31] y consiste en un lucillo sepulcral cobijado por un arcosolio[32] sobre el que está colocada la estatua yacente que representa al difunto con vestiduras pontificales y con mitra,[33] alba y capa pluvial.