Alfarería en la provincia de Teruel

[a]​[5]​[6]​ Además de la producción endémica de la llamada cerámica verde y manganeso, tanto en la capital turolense como en algunos alfares aledaños, documentados hacia 1250,[7]​ es de especial importancia en el conjunto provincial la azulejería mudéjar con ejemplos bien conservados en la capital.

Aprovechando el mercado coleccionista y anticuario suscitado por piezas como las antiguas parretas y tinajas calandinas,[13]​ jóvenes artesanos continúan manteniendo no solo la alfarería y la cerámica popular, sino el rico legado lingüístico asociado a ellas.

[16]​ Otra característica singular de sus piezas era la decoración en relieve (“cerdillado”) consistente en tiras pegadas a las piezas, y decoradas con digitaciones espaciadas.

[16]​ Esta localidad, que ya aparece mencionada en los censos de Madoz en 1849, y que llegó a contar con una decena de alfares entes de la guerra civil española,[17]​ fue famosa por sus piezas para agua (botejillas, cantarillas, etc.),[18]​ como los rallos (cántaros con “pichel”) y ‘botijas de mayo’.

[5]​[23]​[24]​ Como parte del tesoro arqueológico turolense, el palacio renacentista que alberga el museo de Teruel, conserva una colección de alfarería y cerámica, recogida en yacimientos y alfares desaparecidos, que incluye diversos tipos de vasijas y otras piezas sel periodo prerromano y romano, como las decoradas con escamas de barbotinadel yacimiento de Camino de Albalate, junto a Calanda.

Oliera ” del siglo xviii conservada en el Museo Nacional de Artes Decorativas , en Madrid.
Botijo decorado en verde y manganeso .