[6] Entre los más productivos en el campo de la ollería y aun activos, puede destacarse quizá el foco de Naval,[7] con un claro origen morisco desde el inicio del siglo xvii, y documentado en 1849.
[8] Todavía en el primer tercio del siglo xx Naval conservaba 40 alfares; en 1940 el censo había disminuido, 22 maestros alfareros en 14 talleres; y en la década de 1970, el éxodo rural llevaría a la práctica desaparición de las alfarerías, conservándose activos los alfares de los Echevarría y la familia Buetas.
[10] Se conservan ejemplares datados en 1878, y entre los alfareros más activos en el siglo xx se menciona a Mariano Carrera, Manuel Guardia Porta y Julio Abió.
[10][13] Seseña, Rubio Celada y González-Hontoria mencionan alfarería provincial extinguida en varias localidades cercanas a Barbastro,[14] como Sarsamarcuello (con artesanos procedentes de Calanda y abundante producción de cántaros y otras piezas para el agua),[15] Abiego, Cuatrocorz, La Puebla de Castro, que también elaboraron tinajas,[a] cuencos (cuezos), ‘mondongueros’, bebederos, macetas y canales de tejas.
Al norte de la provincia fue importante el foco de Jaca, con cántaros, ollería y el ‘rajo’, un modelo peculiar del típico rallo navarro-aragonés,[16] o botija con asas.