Alcampell

Alcampell abarca, no obstante esto, 5.780 hectáreas y comprende el actual despoblado de Pelegriñón.A este aspecto geográfico acompaña la circunstancia que los árabes utilizaron para edificar su fortaleza, dando continuidad a la imaginaria línea fronteriza en torno del primer milenio.Este sistema estratégico no impidió que el conde de Urgell Ermengol IV la reconquistase entre el año 1090 y 1091.Aunque no se tiene constancia del momento en que comenzó a existir Alcampell como población, se considera que esta fue en época musulmana[5]​ pero los primeros documentos que hablan de Alcampell son del año 1098 donde los condes de Urgell dominan esta tierra.Tamarite fue conquistada por Sancho Ramírez en 1064, pero tres años después, en 1067 los musulmanes la volvieron a recuperar.Los condes de Urgell tuvieron fuertes enfrentamientos por motivos territoriales con los reyes aragoneses, particularmente con Jaime I.Alcampell pasará a depender de la Corona aragonesa, pero igual que otros núcleos como Albelda, Altorricón, Algayón y otros lugares pasará a depender de Tamarite.En Alcampell existía la Carlanía del Quiñón; esta carlanía consistía en parte del territorio enfeudado, consistente en prestaciones que pagaba Alcampell con una décima parte de los frutos que cultivaban en los campos de sus pobladores.Este hecho provocó el inicio del crecimiento demográfico, hasta el punto de sobrepasar los 2.000 habitantes en el siglo XX.Su construcción se efectuó, probablemente, en el último tercio del siglo XVI.Situados tanto dentro del casco urbano como en sus proximidades, encontramos cuatro pilarets dedicados a diversos santos.En sus alrededores hay cuevas de difícil acceso que podrían remontarse al Paleolítico.La Font, conocida por este nombre por todos, fue construida el año 1899, siendo alcalde Enrique Roces de Casa Luqués.Actualmente se encuentra en desuso, pero antiguamente fue de mucha utilidad pública, teniendo en cuenta que se encuentra a tocar del casco urbano de Alcampell.A seis kilómetros por una pista desde Alcampell, encontramos el núcleo de Pelegriñón (en catalán, Pelegrinyó).Su erosión fácil y su deformabilidad permiten que observemos un relleno lleno de líneas suaves sin rupturas.