Aleksandra Kolontái

Pertenecía a una familia aristocrática rusa de origen ucraniano que anclaba sus raíces más allá del siglo XIII.

Su padre, Mijaíl Alekséievich Domontóvich, era un general al servicio del zar, y su madre, Aleksandra Aleksándrovna Masálina (apellido del primer matrimonio Mravínskaya) provenía de una familia de campesinos fineses que había hecho una gran fortuna en la industria maderera.

[6]​ Aleksandra estuvo siempre muy unida a su padre, quien inculcó en la joven el interés por la historia y la política desde una óptica liberal.

[10]​Se opuso activamente a la Primera Guerra Mundial por sus motivaciones imperialistas al servicio de la clase dominante.

El Zhenotdel tenía su propia revista llamada Kommunistka (Mujer Comunista) y Kolontái era parte de su Consejo editorial.

El Décimo Congreso del PCUS ordenó disolver este grupo en 1921, decisión que fue apelada inútilmente ante la Internacional Comunista, en tanto se fortalecía el régimen de Lenin y se promovía la Nueva Política Económica hasta 1928.

La "embajadora" Kolontái entabló amistad en México con el pintor David Alfaro Siqueiros, su esposa Graciela Amador Sandoval, Frida Kahlo, Diego Rivera, Tina Modotti y otras personalidades de la vida artística y política del país.

Regresó a Noruega y, finalmente, en 1930 a Suecia, donde permaneció hasta 1945, finalmente llegando a ser nombrada embajadora en 1943 (probablemente la primera mujer en ocupar tal puesto en la historia de la diplomacia moderna)[16]​ siendo que su imagen personal resultaba valiosa al régimen de Stalin como modelo de la emancipación femenina soviética.

[17]​ En Suecia, tuvo como médica personal y amiga a la líder feminista Ada Nilsson, con la que mantuvo después una afectuosa correspondencia, a quien incluso le encargaba los medicamentos que no podía obtener en la URSS.

Durante la Segunda Guerra Mundial Kolontái mantuvo activos los vínculos entre la URSS y Suecia, lo cual resultó de alta importancia al permitir al Gobierno soviético mantener el contacto con un país neutral donde operaban diplomáticos del Eje.

En las relaciones sexuales, la mujer nueva no renunciaría a su naturaleza femenina, ni al placer de la carne y elegiría libremente al hombre que quisiese como padre de su descendencia.

En 1982, Rosa von Praunheim realizó la película Red Love, basada en una novela corta de Kolontái.

[25]​ El contexto social queda explicitado por esta última:«Borrada de la historia oficial del comunismo, su obra tiene hoy plena vigencia.

Para la querida camarada Louise Bryant de su amiga Aleksandra Kolontái. Petrogrado, 1 de septiembre de 1918
Pável Dybenko y Aleksandra Kolontái
Sello conmemorativo soviético de 1972