Trasladado a Lima, estudió en el colegio jesuita y el Liceo Carolino.
Se recibió como abogado y empezó a ejercer su profesión.
Como diplomático pasó en 1902 a Inglaterra como segundo secretario de la legación acreditada en ese país.
Pasó luego a la legación en Chile, ya como primer secretario (1905-1908).
Nuevamente en Arequipa, contribuyó a la fundación del Colegio de Abogados de esa ciudad en 1911, del cual sería decano en 1924.